Un monstruo grande y que pisa fuerte: el lobby farmacéutico

Nota originalmente publicada el 10 de diciembre de 2019

Parafraseando a la canción “Solo le pido a Dios”, de León Gieco, el Ministro de Salud, Jaime Mañalich, se lanzó la semana pasada al ataque en contra del lobby que ejerce la industria farmacéutica chilena, por medio de su cuenta de Twitter, respecto de la cual escribió “El lobby de los laboratorios farmacéuticos es un monstruo grande y pisa fuerte”.

Aunque fue recriminado con diversos epítetos en dicha red social, en beneficio de Mañalich es necesario decir que no es primera vez que denuncia los intentos de los laboratorios por influir en las políticas públicas, con el objeto de mantener el status quo en que se encuentran. En 2013, por ejemplo (cuando fue Ministro de Salud por primera vez) dijo que se trata de una industria que mueve más de 2 mil millones de dólares anuales, a consecuencias de lo cual en Chile se pagan precios exorbitantes por medicamentos que en otros países cuestan mucho menos.

Es, especificó en dicha ocasión, una industria “muy cerrada y oscura, con ocultamiento de precios y casos de integración vertical entre laboratorios y farmacias”. Por cierto, no es el único lobby en contra del cual Mañalich ha hablado. A mediados de este año, recordando algo que había señalado en 2012, precisó que “estoy seguro que el lobby del tabaco está en el lado oscuro de la fuerza”.

Hoy en día, sin embargo, y como lo evidencia su último mensaje, su eje es la industria farmacéutica, una industria expectante frente a los proyectos de ley que, entre otras cosas, buscan bajar el precio de los remedios y autorizar la compra de medicamentos en el extranjero.

Al respecto, es necesario entender que en Chile existen cerca de 70 laboratorios, cuatro de los cuales son los principales, pues concentran cerca del 40% del mercado.

Se trata de Saval, Andrómaco, Abbott (ex Recalcine) y Chile. La primera (Saval) es una empresa de capitales españoles. Andrómaco, a su vez, pertenece a la multinacional alemana Grünenthal. Abbott tiene su sede principal en Chicago (Estados Unidos) y Laboratorio Chile ya no es chileno, pues fue comprado por la compañía israelí Teva Pharmaceutical.

Otras grandes empresas del rubro son Laboratorios Roche (propiedad de la empresa suiza Hoffman-La Roche), la alemana Bayer y Tecnofarma, por mencionar solo algunas.

El lobby

Ahora bien, basta revisar el portal infolobby, que registra las audiencias públicas de las autoridades del Estado, para constatar que efectivamente casi todas estas empresas lo usan intensivamente, como señalara Mañalich.

Quien se lleva las palmas es Roche, que registra 170 audiencias en el buscador de Infolobby, la herramienta del Consejo para la Transparencia que muestra las visitas recibidas por autoridades del Estado, por parte de lobbistas o gestores de intereses.

Laboratorio Chile, en tanto, evidencia 80 entradas en Infolobby.

En el caso de Laboratorios Andrómaco, el buscador de Infolobby muestra 56 resultados (26 de ellos registrados con el nombre correcto y 26 inscritos a nombre de “Andromaco”, sin tilde en la letra “o”).

Le sigue Tecnofarma,que aparece en 51 audiencias, mientras que Laboratorios Bayer  tiene 46 resultados.

Abbott, por su parte, presenta 32 resultados en el buscador, y Saval aparece 24 veces.

Cabe mencionar que las cinco entidades o empresas con mayores registros de lobby en Chile son la Cámara Chilena de la construcción, con 658 entradas en Infolobby; la Compañía General de Electridad, con 354 reuniones; Codelco División El teniente, con 337; Walmart Chile, con 316, y Angloamerican, con 298.